Ex-libris

De familia noble aragonesa, era hijo del vicecanciller de Aragón, don Bernardo y de doña Jerónima de Castro y de Pinós. Fue conde de las Almunias, barón de Torres, de Clamosa, de Siétamo y del Rodellar, pero siempre fue más conocido por su nombre y apellidos. Se distinguió como escritor, humanista, y poeta. Siguió carrera militar y en 1577 es encargado del alistamiento de hombres y pertrechos en Aragón.
Cultivó varios géneros literarios y tuvo una destacada labor como humanista en la difusión y conocimiento de los clásicos. Fue un gran aficionado a las antigüedades, y se conoce su predilección por la numismática y su actividad como mecenas. Escribió varias obras originales en castellano, atrayéndole la poesía épica y religiosa, así, produjo Las lágrimas de san Pedro (Lérida, 1578) en octavas reales. También una continuación de la obra Orlando innamorato (1482) de Mateo Boyardo, con su Orlando determinado (Lérida, 1578). Además escribió varias poesías sueltas, todas ellas mencionadas por Juan Francisco Andrés de Uztarroz en su Aganipe de los cisnes aragoneses celebrados en el clarín de la Fama. Tradujo también el Libro de las maravillas de Marco Polo (Zaragoza en 1601). Andrés Rey de Artieda lo elogió en sus Rimas. También recibió elogios en el Laurel de Apolo de Lope de Vega. Casó con Ana Fernández de Heredia y de Hijar, hija del Conde de Fuentes, de cuya unión nació la también escritora y poeta Ana Abarca de Bolea. Murió hacia 1600.

Campo Guiral, María Ángeles, "Don Martín Abarca de Bolea, un escritor olvidado", en Flumen. Revista de la Escuela de Magisterio de Huesca, nº 2, 1997, pp. 61-66.